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Cinco malas prácticas de un centro de depilación láser

¿A quien no le ha pasado que, al entrar en algún centro dónde se ofrecen tratamientos estéticos, una voz interior le ha gritado que se fuera de ahí corriendo? Pues esto es algo que desgraciadamente sucede con regularidad en los sitios dónde se ofrecen tratamientos de depilación láser.

Desde Asirox queremos que tu experiencia con la depilación láser sea algo seguro y efectivo, con profesionales competentes y con garantías. Por eso queremos hacer un servicio público y ayudarte a identificar cinco señales que te indicarán que el centro escogido no tan sólo no es el bueno, sino que también puede ser objeto de denuncia. Aquí van las cinco malas prácticas de un centro de depilación láser.
¡Toma nota!

Cinco líneas rojas de un centro de depilación láser

Sin más preámbulos, aquí van las cinco malas prácticas de un centro de depilación láser:

1. El local está sucio

Esto es un hecho fundamental. Un centro médico o de estética que no esté limpio no es un centro de fiar. Que se note que friegan el suelo y que quitan el polvo con regularidad, además que limpian los utensilios cada vez que los usa un cliente y que las toallas y demás textiles estén limpios y secos.
Al ser una garantía de calidad del establecimiento, Asirox pide a sus centros colaboradores que tengan un estado de limpieza e higiene en condiciones para llevar a cabo el tratamiento de depilación láser.
En cuanto el equipo, es importante que el personal limpie el cabezal del láser antes y después de su uso en tu presencia. Así se garantiza la máxima higiene para ti y para el resto de los clientes.
No permitas que la mugre toque tu piel antes del láser. Simplemente vete.

2. No te preguntan nada

Sal del local corriendo cuando te digan algo similar a: “¿Qué quieres hacerte una depilación láser? ¡Claro! Anda, pasa atrás que te lo hago en un momento”. Un buen profesional – en cualquier campo, ojo – pregunta antes de aplicar cualquier tratamiento, y la depilación láser es un tratamiento que necesita adaptarse a cada persona para ser aplicada correctamente.
Por eso, Asirox no sólo distribuye los equipos, sino que también forma a los profesionales que aplicarán el tratamiento, dándoles materiales para usar con el cliente como un cuestionario estándar, con preguntas sobre su estado y hábitos de salud, para poder entender mejor sus necesidades y actuar según su estado físico.
Y si no te preguntan nada, significa que no les interesa tanto tu salud como tu cartera. Sal de ese sitio fraudulento.

3. No te hacen firmar nada

¿Entre que has entrado al local y ya te están aplicando el láser no has tocado un solo bolígrafo? Uy.
En los centros colaboradores de Asirox les pedimos que entreguen a sus clientes una hoja de consentimiento informado posterior a la rueda de preguntas del cuestionario estándar, en la que se le informa del tratamiento y el seguimiento de éste. Además, la hoja de consentimiento informado funciona a la vez como un contrato entre el centro y el cliente por si en el futuro existe alguna reclamación.
Así que si no te dan nada que firmar, mejor pega la vuelta.

4. No hay titulaciones a la vista, ni te las quieren enseñar

Esto puede sonar un poco cliché, pero si cuándo vas al dentista en la sala de espera siempre hay un marco con su diploma del título universitario, ¿por qué no colgar el título en algún lugar visible?
Cabe decir que Asirox forma al personal que utiliza nuestros equipos como una de las medidas de servicio a nuestros centros, pero para la mejor seguridad del cliente, el operador o la operadora tiene que tener un título de Técnico Superior en Estética, en Auxiliar de Medicina Estética. En el caso de los médicos o auxiliares de enfermería se debe haber realizado un máster en estética o un curso especializado en depilación láser.
Recuerda que estás en tu derecho como cliente el solicitar este tipo de información.
Sin titulación, no hay depilación. Adiós.

5. La sala tiene ventanales al exterior y/o espejos y no tiene señales de precaución

El láser es un haz de luz concentrado que para que haga su función debe de estar focalizado en la zona a actuar con la potencia prescrita para cada tipo de piel. Pero aun así es un láser, y por tanto puede ser dañino si se enfoca a los ojos.
Una sala con ventanas al exterior, sin cortinas ni parapetos que corten la visión, no es para nada el mejor sitio para hacerse una depilación láser, ya que un mal disparo en el aire del láser puede terminar afectando la salud ocular de un tercero. Lo mismo pasa con los espejos y superficies reflejantes, que podrían reflejar el láser y provocar un accidente.
Además, en la entrada de la sala debe haber las etiquetas amarillas y negras con símbolo de precaución de radiación láser pertinente y la leyenda “¡ATENCIÓN, RADIACIÓN LÁSER!”.

Así que si el centro tiene la sala de depilación láser en una habitación con vistas, no es el lugar. Más que nada porque si no cumplen con un mínimo de seguridad para el resto de la gente, ¿cómo crees que van a cumplir contigo? Sal de ahí.

Hasta aquí las cinco malas prácticas de un centro de depilación láser , pero aún hay otras dos cosas a tener en cuenta:

La primera, que tanto el usuario como el operador tienen que llevar protección ocular en todo momento mientras se realiza el tratamiento.

Y la segunda, que los equipos deben contar con una contraseña y un pulsador de emergencia para evitar posibles usos por personas no formadas.

Y hasta aquí el post de hoy. ¡Esperamos que os haya sido de utilidad!

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